martes, 2 de abril de 2013

RESEÑA DEL PRIMER FESTIVAL PULKEARTE



Últimamente hemos sido testigos de como se han venido multiplicando eventos pulqueros por todas partes. El interés mostrado, cada vez por más personas y agrupaciones sobre el tema, resulta ser bastante halagador por donde quiera que se le vea; razón por la cual, para los que somos fieles seguidores del néctar de los dioses, nos da enorme gusto la creación de un nuevo festival: “PULKEARTE”. Evento que tuvo su primera edición el sábado 30 de marzo en el municipio de Coacalco. La organización corrió a cargo del Colectivo IKUH, una asociación que cuenta con 5 años de vida dedicándose a realizar diversos encuentros culturales, en busca de crear conciencia que fomente el consumo de la cultura y las artes en Coacalco y todo el estado de México.

A partir de las 11:30 hrs., de una mañana bastante soleada, los interesados en cuestiones de cultura y arte relacionadas al pulque, nos empezamos a dar cita a las puertas del auditorio municipal. Con el respectivo donativo en mano (que podía ser 1 kg de fríjol o arroz) ingresamos de manera controlada y muy ordenada a este recinto, que por todo un día, se transformaba en un enorme templo consagrado a la diosa Mayahuel, la madre nutricia, la de los 400 pechos, para alimentarnos física y espiritualmente con todas y cada una de las actividades que tuvieron a bien realizarse.

Una ceremonia de danza prehispánica, para solicitar la armonía del lugar y de los presentes, fue la encargada de abrir las actividades del basto programa anunciado. En voz de Noé Benítez Lira, presidente del Colectivo IKUH, se realizó la ceremonia inaugural del evento; palabras que sin duda invitaron a la reflexión, donde se hizo énfasis en lo necesario de preservar nuestra herencia cultural, legado invaluable de nuestros pueblos antepasados. Enseguida, comenzó la retroalimentación con las diferentes expresiones culturales previstas; así logramos disfrutar de exposición de arte, lectura de poesía, una buena charla en relación al pulque y de diferentes géneros musicales interpretados tanto por solistas como bandas; entre los que pudimos escuchar fueron el rock, pop, reggae, rap, hip-hop y baladas. Actividades artísticas que se gozaron de principio a fin para beneplácito de la gente que asistió al enorme recinto ubicado en el municipio de la “casa de la serpiente”.










El placer inmenso que tuvimos de libar las mieles de Mayahuel corrió a cargo de nuestros amigos de Pulque Noche Azul de Tlalnepantla, edomex. La casa preparó para esta ocasión unos apetitosos y deliciosos curados, los sabores que se pudieron disfrutar fueron: coco, guanábana, apio, fresa, guayaba, entre otros tantos más; agasajo perfecto para toda la raza pulquera amante del buen néctar de los dioses. Tanto así, que una primera tanda de varios curados se terminó en solo un par de horas, por lo que fue necesario, traer una recarga más de octli para seguir satisfaciendo a las sedientas bocas que lo reclamaban hoy más que nunca. Por cierto, un agradecimiento a esta familia de pulqueros por molestarse en traerme pulque natural del “fuerte”, directo de Singuilucan, Hgo., y no dejarme con las ganas de probar tan suculento manjar.









Las horas continuaban su marcha en el reloj y la afluencia de personas no paraba de aumentar. La mayoría eran grupos de jóvenes despabilados que daban el toque festivo al ambiente, buscando sobre todo, pasar una buena tarde entre pulque y música; sin dejar de mencionar, que podíamos ver la presencia de familias enteras disfrutando a sus anchas de las actividades que se presentaban en el lugar. Para estas alturas, la convivencia se encontraba en su punto ideal en todo el auditorio; con un ambiente relajado, aproveché para hacer nuevos amigos, con quienes pude compartir diversos puntos de vista relacionados a las experiencias pulqueras que han tenido cada uno de ellos. Entre música, charla y muchos tragos de pulque que resbalaba por la garganta, transcurría a plenitud la tarde. ¡Qué sabor! ¡Qué sabor! ¡Qué sabor!


FOTO: Afroin Photography


La luz del sol daba paso a la noche. El germen de alegría, con el que se inició todo desde mediodía, no disminuía sino todo contrario, seguía brotando por todas partes manteniéndonos bien encandilados. Parecía que los mismísimos dioses del pulque estaban encantados que se realizara un festín en su honor, y que gracias a su tutela todo había salido a la perfección, de forma estupenda y a pedir de boca. Un mosaico pletórico de gente “pulkearteada” disfrutaba hasta los últimos momentos con una aptitud inconmensurable, para un cierre fabuloso, lleno de buena energía y de rostros contentos. Conforme la noche avanzo, las almas henchidas con la bebida de los dioses, empezaban a despedirse buscando la puerta de salida, con lo mejor de todo: una sonrisa dibujada en los labios con sabor a pulque.


Finalmente, los números no dejan mentir, “más de 150 artistas en escena, 800 asistentes transitorios y 650 kg de ayuda”. Señal inequívoca que este enorme reto se había cumplido satisfactoriamente. Gracias a este tipo eventos, el patrimonio cultural común, propio y distintivo que nos pertenece -diversificado en múltiples formas de expresión-, generado en el interior de nuestros mismos barrios, ese que muchas veces se nos escapa a nuestro conocimiento, puede florecer y estar al alcance de toda la comunidad. Al igual, quedo demostrado que los lazos de solidaridad entre nuestra sociedad, son inagotables cuando se llevan a cabo por una noble causa. Este gran esfuerzo realizado por del Colectivo IKUH es motivo para celebrarse, sin lugar a dudas.

¡Vengan más festivales de pulque!


Texto y fotos: Rodrigo García





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