Esta pulquería ubicada al oriente de la ciudad fue abierta hace aproximadamente treinta y cinco años y es atendida a diario por Don Juan, jicarero del lugar.
Hasta hace aproximadamente año y medio el establecimiento duplicaba su tamaño que tuvo que reducir por cuestiones prácticas, debido a que la clientela ha aminorado. Hoy en día el antes departamento de damas se ha convertido en el área de los baños, mientras que el resto del local se ha adaptado a su nueva disposición, permaneciendo alrededor de cuatro mesas pequeñas, una rockola, y al fondo su barra original.
A diferencia de otras pulquerías, El Triunfo conserva muchos elementos tradicionales como sus paredes con azulejos, la canaleta, el molcajete e incluso la botana que se sirve a diario. El menú botanero ofrece a menudo frijoles de la olla, lentejas, garbanzos y habas.
La subsistencia de este negocio probablemente se deba a la coexistencia de la venta de cerveza por parte del mismo. Sin embargo, una reducida y fiel clientela mantiene el consumo del pulque
blanco que es traído desde el estado de Hidalgo. Diariamente se ofrece un curado que por lo general es de betabel, alfalfa, apio, guayaba o melón. Los sábados o domingos se preparan los de leche: avena, mamey, nuez, entre otros. Servido en vasos cortados, los precios y calidad del pulque que se expende son competitivos pues el costo de un litro de pulque blanco permanece en diez pesos.
La última del rumbo, hasta hace unas décadas compitió con Los Charros o La Pirata, mismas que desaparecieron y colocaron a ésta como el mismísimo Triunfo.
Ulises Ortega
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